lunes, 15 de diciembre de 2008

Profanación de tumbas en Upata a la orden del día


Las tierras de Upata han sido testigo fiel de cómo los fallecidos son despojados de sus pertenencias. El trato irrespetuoso y el uso inapropiado de lo sagrado son parte de la violación de tumbas en el cementerio d Upata.


La profanación de tumbas en el cementerio de Upata parece ser un negocio macabro pero lucrativo, en algunas tumbas de este campo santo se puede evidenciar el daño perenne causado por personas ajenas al difunto que allí yace.


La violación de una tumba tiene diversas finalidades que van desde el comercio de las tapas de granito y mármol, hasta la utilización de la tierra y las partes de los cadáveres para ser usadas en rituales mágicos por algunas creencias como los paleros y ganguleros.


Según la señora Nora Requena, residente de Upata “ya no se pueden confiar los muertos al cementerio porque siempre las personas se roban todos los trabajos caros que se le hacen a las tumbas”. Así mismo acotó que otro de los azotes del cementerio es la delincuencia circundante que impera a toda hora y hace de la visita al difunto toda una muestra de valentía.


El cuidador del cementerio desde hace más de 30 años, Ramón Marín afirmó que es una problemática del día a día y que ya los lugareños se han acostumbrado a vivir con eso, sin embargo los vecinos no parecen aceptar del todo la situación e inclusive han demandado ante las autoridades las violaciones a las tumbas pero no se ha solucionado el problema.


Para el sacerdote de Upata Tadeo González “Si no se respeta a los muertos mucho menos se respetará la integridad de los vivos aquí en la tierra”, refiriéndose al aspecto religioso y de solidaridad humana con el que se debe abordar el tema de los difuntos, ya que según él se ha perdido la sensibilidad por la pérdida humana y los daños materiales en los cementerios son cada vez mayores.


Ya sea para extraer piezas de valor y comercializarlas, o para fines mágico religiosos, la profanación de tumbas está a la orden del día, siendo una realidad que afecta a innumerables campos santos y donde Upata no es la excepción. Sólo por parte de la cultura y los principios morales de los ciudadanos siempre quedará el respeto y el descanso en paz de los difuntos.